El camino rojo a Sabaiba
Puesta en escena de egreso de la Sexta Generación de la Licenciatura de Teatro con énfasis en Actuación del Instituto de Artes de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.
El texto es del dramaturgo sinaloense Óscar Liera. La dirección corre por parte de Jesús Islas Ambriz, y el elenco está conformado por los próximos egresados de la carrera, quienes son Yeshua Cruz, David Enzástiga, Daniela Torres, Manuel Rafael, Dulce Vázquez y Jacqueline Elías.
La duración de la obra es aproximadamente un poco más de dos horas, y al ser una historia un tanto complicada debido a los saltos temporales y la variedad de temas dentro de la misma anécdota; se vuelve algo pesada y difícil de seguir, sobre todo a partir de la segunda mitad.
Como no podía ser de otra forma, tratándose de Liera, El camino rojo a Sabaiba es una dura crítica a cómo las ideas tan arraigadas de una sociedad pueden volverse muy peligrosas, pero estas a la par, son creadas muchas veces a partir del azote y malas jugadas por parte de sus gobiernos.
Otro ejemplo de esta situación la podemos encontrar en la película Canoa, la cual es una denuncia de la masacre ocurrida el 14 de septiembre de 1968 en el poblado de San Miguel Canoa, en el estado de Puebla.
También se retrata la figura de la mujer desde su fertilidad, y cómo esta capacidad de crear vida, en algunas costumbres, se ve como una obligación. Esto también representa un peso muy fuerte hacia ellas cuando no se desean los hijos o naturalmente no pueden tenerlos. Generalmente son señaladas, burladas y menospreciadas por la idea de que esa característica definirá si son "útiles" o no. Es así como el famoso Camino Rojo tiene una relación estrecha con el sangrado menstrual del personaje de Gladys de Villafoncurt; y su deseo de procrear una hija, lo resuelve buscando a su esclava etíope.
El espacio está cubierto por arena, y los elementos escenográficos, de vestuario y de utilería son bastante sencillos, incluso son reutilizados dentro de la obra para construir a los diferentes personajes.
Se manejan muy bien los diferentes puntos de vista del escenario para recrear los lugares que se van presentando, ya sea la playa, el convento, o a mitad del mar.
El uso del audio y la iluminación son elementos que aportan a la escena para terminar de vestir toda la propuesta y darle énfasis a los diferentes momentos en los que nos transportan.
Sólo algunos detalles se podrían recalcar para su mejora en la parte técnica, como lo es la mancha roja que queda en la arena después de la violación; pues resulta ser un tanto suave y puede perderse con facilidad. Posiblemente si se intensificara su color, se podría llegar a un impacto visual más contundente para el espectador. Y después de este suceso, el momento que parece asemejar a una fotografía, con el cuerpo de la bien amada Carmen Castro colgando, se vuelve confuso porque pareciera que hemos llegado al final de la obra. Esto tiene que ver con que los actores se ven un tanto inseguros de la imagen que proyectan, como si no supieran exactamente cuánto tiempo deberían sostener el cuadro.
En cuanto al juego en escena, los actores comparten varios personajes a la vez, en ocasiones interpretan a uno al mismo tiempo, y a veces es de manera individual. Esto se vuelve interesante porque ayuda al dinamismo de la puesta. Cuando dos o más actores realizan un mismo papel, adoptan características en común para definir tanto al público como a ellos mismos, de quién estamos hablando.
De parte de estos jóvenes actores, se nota ímpetu, gusto, y ganas de desempeñarse en este arte que han elegido; aún queda mucho camino por recorrer pero tienen una buena disposición ante su trabajo, y eso vale mucho.
En general, se notan instantes de revelación donde se dan cuenta que están entrando a la ficción. Esto es una trampa algo engañosa, pues como actor es fácil salirte de ese estado cuando se te revela. Todavía deben aprender a registrar dichos instantes, sostenerlos y acrecentarlos; pero la experiencia será la mejor guía en ese ámbito.
En los momentos explicativos de la obra, sucede un desborde de estímulos que provoca la distracción del público o el empalme de textos que no permite que se termine de comprender la conclusión de la anécdota. Esto se provoca gracias a la falta de escucha entre los actores, pues se enfocan en ellos mismos y sus propuestas se exacerban hasta el punto de ensuciar la escena. Habría que cuidar esta situación con la comprensión de que son un grupo y todos aportan para que este proyecto crezca.
Debido a la naturaleza de esta puesta en escena, resulta menester recalcar la habilidad y agilidad, física y mental, con la que juega Yeshua Cruz y que estas características aportan a la intención de sus personificaciones. El dominio de cuerpo y voz de David Enzástiga, y que con ello juega libremente con sus personajes. La escucha y buena percepción de Daniela Torres que apoya a generar toda la escena en conjunto, y no sólo sus momentos en la luz. El trabajo de creación de personaje de Manuel Rafael que define de manera precisa las diferencias de cada uno. El desarrollo de lo delicado en Dulce Vázquez sin olvidar la búsqueda contraria por lo brusco y visceral. Y finalmente, la fuerza y energía de Jaqueline Elías que sostiene durante toda la obra.
Seguirán teniendo funciones todos los jueves, viernes y sábados a las 17:30 hrs. hasta el 15 de julio, en el foro escénico "El Cubo" del Instituto de Artes en Real del Monte. La entrada es gratuita.
MAVI felicita a los próximos egresados y les desea un fructuoso porvenir en el teatro.
Xenia Carbajal
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