Señorita, Señorita

El pasado 30 de junio se presentó en el teatro Guillermo Romo de Vivár, la puesta en escena Señorita, Señorita; una obra sobre la diversidad sexual.



 



Adaptación del cuento neerlandés Rey y rey de Linda de Haan y Stern Nijland. Cuento que, es importante recalcar, causó gran polémica sobretodo en Estados Unidos e Inglaterra a tal grado que muchos padres de familia exigieron que el libro se retirara de bibliotecas infantiles y de escuelas. Algunos incluso anunciaron que promovía actos ilegales, inducía a los menores hacia la homosexualidad, y en ciertas instancias lo calificaron como abuso infantil. Todo este alboroto se dio entre los años 2002 y 2007, por lo que no es extraño pensar que las cosas no han cambiado demasiado en nuestros días.


Con la dirección de Patricia Rodríguez, y las actuaciones de Karen Celis, Patricio Ávila, Gabriela Ramírez, Olivia Martínez, Anita Velázquez, Rafa Torres y Hugo R. Gómez; Señorita, Señorita narra la historia de una joven un tanto taciturna y fastidiada, cuya madre ansía casarla con algún hombre, por lo que convocará a múltiples prospectos para que la señorita elija entre ellos. Esta obra pretende visibilizar las diferentes formas del amor y sus manifestaciones, pretendiendo ser una puerta de diálogo entre padres e hijos.





La escenografía comprende unas lonas impresas que muestran un amplio patio, con algunos decorados que se agregan y quitan fácilmente como las bancas, o los setos de los jardines. El fondo escenográfico y los demás elementos resuenan a las ilustraciones de un cuento infantil, debido a los colores vivos, brillantes y las texturas que se manejan.


La iluminación no es de ayuda para la propuesta escénica gracias a que existen muchas sombras que oscurecen la cara de los actores, además de que genera un ambiente apagado y pesado para el espectador. Teniendo en cuenta que una gran parte del público al que se pretende dirigir son infantes, esto resulta un punto en contra pues ellos necesitan de estímulos visuales y sonoros para crear un interés hacia lo que se está presentando. 


El vestuario es otra situación que se podría mejorar, pues en algunos personajes como lo son Agustina, Doña Angustias y Brumilda denota un atuendo cotidiano, no se perciben como elementos trabajados para la escena. En cambio, otros personajes como Antonieta, Antonio y Nicanor llevan cierta congruencia con el decorado de la escenografía y sus vestimentas.


La obra es cómica en gran parte, y es bastante disfrutable para el público, aunque el ritmo se vuelve un tanto torpe; posiblemente este punto cambie con la repetición constante de funciones.


Anudado a esto mismo, pareciera que la puesta finaliza antes con la salida de las enamoradas, pues ellas bajan del escenario, se pierden detrás del público, y hay un oscuro. Pero la presentación continúa con una resolución un poco premeditada; en donde los posibles conflictos que se pueden generar, se solucionan muy convenientemente. Justo en ese momento, se podría enfrentar abiertamente el tema de la sexualidad y la diversidad, lo cual le brindaría al trabajo una mayor contundencia en su mensaje, pues este resulta opacado por los sketches y bromas. También se podría poner sobre la mesa el tema de la depresión, el cual se ve esbozado por el personaje de Agustina. La voz en off por parte de César Mata da la conclusión de las historias presentadas, y este recurso provee de agilidad para el final de la obra.


En cuanto a los juegos  físicos que se proponen en escena, resultan divertidos para los espectadores. Momentos como el amorío de los criados, o la llegada del luchador, se vuelven muy amenos y logran causar interés debido a la comicidad de las situaciones.


Por otra parte, el elenco se siente dividido por sus personajes. Justamente Agustina, Doña Angustias y Brumilda se muestran más sobrias, esto genera un desfase con los demás, que llevan una actuación exacerbada y juguetona; lo que da como resultado que la energía de los personajes anteriormente mencionados sea absorbida por completo.





Hay que reconocer la decisión de representar estas temáticas para que cada vez las asimilemos de manera natural en nuestro cotidiano, comprendiendo también que son puntos que se deben platicar libremente con los niños y jóvenes. En este sentido, ha sido acertado que Señorita, Señorita se haya presentado al final de junio como la cereza del pastel dentro del marco del Mes del Orgullo.



Xenia Carbajal



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