Que no llegue la noche

 Propuesta escénica de la compañía Teatro Prana escrita por Hugo Gómez, dirigida por Karen Celis, musicalizada por Edgar Osorno e interpretada por Olivia Michelle Martínez y Jeanette Aréchiga.


Esta obra pretende visibilizar y denunciar el abuso (principalmente sexual) infantil; tema que lamentablemente es muy común en México incluso en la actualidad.





En 2021 se registraron 22,410 víctimas de violencia sexual infantil en México, de acuerdo con datos del Censo Nacional de Procuración de Justicia Estatal, elaborado por el INEGI, sin contar la cifra "oculta" de casos que no se denuncian.


Por distribución geográfica, las mayores tasas estatales de delitos de violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes se registraron en Chihuahua, Querétaro, Nuevo León, Ciudad de México, Baja California e Hidalgo, todas superando los 100 delitos por cada 100,000 niñas, niños y adolescentes en cada entidad federativa.


Los estudios señalan que no existe homologación de delitos sexuales en los Códigos Penales estatales lo que provoca confusión en conductas sancionadas y se dan interpretaciones jurídicas que llevan a la impunidad. De igual forma, existe poco acceso a la justicia y se carece de leyes con perspectiva hacia la niñez.


Incluso, lamentablemente, en el periodo de pandemia de 2020 a 2021 hubo aumentos significativos de niñas, niños y adolescentes que acudieron a hospitales por algún tipo de violencia.


Una vez establecido este terrible contexto, podemos adentrarnos en la propuesta titulada Que no llegue la noche.



En primera instancia es algo confusa la edad de la protagonista, pues en algunos momentos se podría entender que tiene de 4 a 5 años, y en otros que comprende edades más bien entre los 9 y 10. Es importante aclarar este punto pues, debido a la temática que se aborda, también el desarrollo del personaje cambiará, ya que no es lo mismo sufrir abuso en la primera infancia, que en un momento ya más cercano a la pubertad.


Siendo un trabajo pensado para presentarse ante un público infantil, contiene elementos vistosos como la iluminación, que ocupa características como estrobos y oscuros en ciertos momentos que ayudan a acompañar. Sobresalen los vestuarios de las actrices por esta misma situación; son coloridos y, sobre todo el del gato, se compone de diferentes texturas.


Un elemento a favor es la musicalización en vivo que apoya a las acciones, y situaciones de manera caricaturesca, justo más cercano a los niños. También hay que reconocer el trabajo vocal de las actrices en las dos canciones que se interpretan.


En cuanto a las actuaciones, el personaje del gato se muestra muy bien trabajado tanto en la corporalidad como en nivel vocal, aunque la niña se ve poco definida como en cuestiones de la edad, mencionado anteriormente, y no existe tanto dominio corporal ni vocal, da la impresión de que le hace falta recabar más experiencia.



La problemática es abordada de manera muy epidérmica, y siendo una realidad tan grave, es menester atacar con contundencia. Esta situación apremia, no puede esperar si es que de verdad queremos cambiarla, como bien mencionó el dramaturgo al final de la función.


Hay mensajes algo tergiversados para comunicarles a los niños como el consentimiento y la importancia del "no", pues este último lo explican diciendo que en ocasiones se puede decir que no, pero no se explican esas ocasiones; además que sería importante modificar ese punto para que se comprenda que si el niño no se siente cómodo con alguna situación o no quiere realizar algo que pide el adulto, está en todo su derecho de negarse (sin importar la ocasión).


Igualmente hace falta incluir la educación sexual, que si bien es un tema aún tabú en México, esta puesta en escena es una gran oportunidad para tocar el tema y utilizarlo como defensa ante el abuso. Es decir que, en vez de seguir perpetuando el llamarle "partes privadas", los niños puedan tener conocimiento de los nombres de sus genitales, cómo funcionan y que, si llegan a ser acosados y/o abusados sexualmente, tengan las herramientas verbales para defenderse.


La obra, igualmente, se enfoca en que el niño debe negarse en los casos en que se ve abusado en zona genital, pero también es importante señalar que incluso si no se siente cómodo o seguro cuando alguien le toca otra parte del cuerpo, puede alejarse y buscar apoyo; esta situación ayuda a prevenir que el abusador llegue a circunstancias más fuertes.


Dentro de la anécdota que se cuenta no hay muchos datos contundentes acerca de quién puede ser el  abusador. Sabemos que es una persona constante en la casa de la niña (entendemos que puede estar día y noche allí) y esto hace pensar que es un familiar, o inclusive un amigo de la familia, probablemente tiene llaves de la casa pues se menciona que puede llegar cuando la madre se ausenta, pero nunca se concluye realmente la identidad, y en las noches suceden los abusos.


Con esta información nos damos cuenta de la negligencia enorme por parte de la madre, pues es testigo de las heridas y problemas a nivel salud de su hija (en la obra mencionan que a la niña le duele "la colita" y que su mamá le pone medicina), además de que su hija le ha contado que tiene un monstruo que viene por las noches, pese a estar amenazada. La madre en lugar de sospechar y llevarla con especialistas en salud, la juzga y le resta importancia a lo que está sucediendo.


Finalmente la policía llega a la casa y podemos suponer que alejarán al abusador de la niña.



Al término de la función, aparecieron en el escenario las actrices y el músico en compañía de la directora para mencionar algunos datos relevantes sobre el tema de abuso sexual infantil en México, pero más allá de que sólo se quede en arrojar resultados estadísticos, como sucedió, sí resulta menester concluir con información valiosa de dónde y cómo los niños pueden denunciar si es que no tienen el apoyo de sus padres o tutores, o también los adultos que sospechen de casos de abuso infantil, ya que forma parte del discurso que pretende atacar la puesta en escena.


Por esta misma razón, a continuación se comparten diferentes medios que se pueden utilizar para denunciar de manera anónima en el estado de Hidalgo.


Teléfono: 771 717 0255. Denuncia Anónima 0-89

Teléfono: 719 1774 ext. 604

APP Llamada Segura Hidalgo. Disponible para Android y Iphone.

Acudir directamente a las oficinas DIF Pachuca ubicadas en el Blvrd. Ramón G. Bonfil.

Acudir directamente a las oficinas del Centro de Control, Comando, Comunicación, Coordinación e Inteligencia ubicadas en la Carr. México-Pachuca Km 76+000, (5.89Km) C.P. 42191, Zapotlán de Juárez, Hidalgo.




Xenia Carbajal



Sigue a MAVI

MAVI Facebook

MAVI Instagram

Comentarios

Entradas populares