Tan impertinentes como el cielo
La commedia dell´arte nace en Italia en el siglo XVI; fue un tipo de teatro muy popular que se extendió por todo Europa, gracias a una serie de compañías itinerantes que viajaban en carro y actuaban en las plazas. Siendo herederos de bufones, juglares y malabaristas; los actores se juntaron para profesionalizarse. Arte significa técnica u oficio, de ahí el nombre commedia dell´arte.
Los actores improvisaban a través del canovaccio, el cual era una especie de guía que sólo recogía ciertas acciones y momentos de la anécdota.
Con este contexto plasmado podemos hablar ahora de la propuesta escénica Tan impertinentes como el cielo de Rafa Torres, con el grupo Teatro Eshte-Mené (TEM).
En esta obra al estilo de la commedia dell´arte, nos encontramos con algunos de los personajes icónicos, como lo son los enamorados Isabela y Florentino (interpretados por Gabriela Ramírez y Esaú Salinas respectivamente), y aquellos que son arquetipos como Arlecchina (Kenya Myranda) quien es una criada pobre y un tanto torpe, Dottore (Rafa Torres) quien satiriza el mundo intelectualoide pues habla mucho sin decir nada realmente, y finalmente Pantaleone (Patricio Ávila) quien representa el poder económico.
Se sigue la historia de Isabela, quien ha sido recientemente alcanzada por un rayo, y al parecer ahora está enferma de la tormenta; una tormenta que ya lleva mucho tiempo sucediendo. Dottore, Pantaleone y Arlecchina tratarán entonces de encontrar la solución a esta extraña enfermendad.
Siguiendo las pautas de este género teatral, los personajes utilizan máscaras que los identifican, y los vestuarios también complementan la representación certera para las características de cada uno.
Es una propuesta interesante desde la perspectiva de intentar acercarnos a lo que llegó a ser este tipo de teatro en la antigüedad, aunque se vuelve un tanto complicada de seguir en algunos momentos. Esto se podría deber probablemente, al ritmo de la puesta en escena. En ciertos puntos se sienten vacíos entre las mismas interacciones de los actores y el desarrollo de la trama.
Tal vez una manera de darle dinamismo podría ser la inserción de música en el proyecto, elemento que también era ocupado en las presentaciones de estos grupos italianos.
El trabajo de cada actor con su respectivo personaje está bien definido y existe precisión en las acciones de cada uno. Sólo habría que recalcar unos cuantos momentos en donde pareciese que falta la reacción de algunos personajes.
Los sonidos de la tormenta son hechos por los mismos actores; esto representa un gran acierto pues da pie al juego tanto del mismo entorno como de otras propuestas sonoras.
La escenografía es sencilla, pues consta nada más de una puerta, pero este elemento es todo lo que se requiere para determinar con contundencia la convención de espacio dentro y fuera de la casa.
Finalmente se celebra el acto de realizar un trabajo partiendo de la investigación y del interés por acercarse al archivo histórico. De esta manera se demuestra que la innovación también se puede encontrar en el pasado.
Todavía tendrán una función más el próximo viernes 11 de agosto a las 19:00 hrs. en el teatro Guillermo Romo de Vivár.
Xenia Carbajal
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